La estrategia al contar historias - Con Sarita Palacio

La estrategia al contar historias - Con Sarita Palacio

Sarita Palacio nos regaló algunas herramientas para fijar y mantener los objetivos en los procesos de storytelling. 


Con el ceño fruncido por el amargo del limón y el sutil esfuerzo que se hace para masticar un granito de café, nos sumergimos en una experiencia gastronómica para recordar la importancia de los sentidos al momento de contar historias. 


Un chocolate, un champiñón y el sabor picante del mecato de moda fueron cómplices del encuentro en el que recordamos que somos mucho más de lo que miramos. Nos convencimos —o al menos lo intentamos— de que estamos construidos de relatos que también guardan olores, sabores, sonidos y caricias. 


Durante nuestra última cita en Cartagena, transitamos por la palabra improvisada, la lectura consciente de la experiencia ajena y la voz de Sarita Palacio, quien cerró este viaje de las historias con una reflexión sobre la importancia de poner los sentidos y la capacidad narrativa en función de una estrategia.


“¿Cómo medimos la inspiración y la creatividad? ¿Cómo conectamos lo que soñamos y creamos con una metodología? Porque si van para una estrategia de comunicación, tienen que poder traducirse en algo tangible”, nos explicó. Porque claro, en la promesa de la historia a veces se nos puede escapar el objetivo. Y no se nos debería escapar el objetivo.


Para eso, Sarita nos regaló algunas herramientas que le han permitido a ella mantener los pies en la tierra mientras crea. Y es que, a fin de cuentas, no se puede dejar de lado la importancia de que el storytelling sea puesto, de verdad, al servicio de quien quiere transmitir el mensaje y de quien lo recibe.


En primer lugar, debemos investigar para definir el problema: ¿qué estamos vendiendo u ofreciendo?, ¿a quién?, ¿en qué contexto? Responder estas tres preguntas nos permitirá trazar el objetivo de la historia que contaremos para conectar verdaderamente con nuestro público.


Después de reconocer el problema principal, necesitamos identificar aquello que se debe resolver y priorizar lo que requiere mayor atención. “¿Cuál es la historia con la que quiero que me recuerden?”, esta puede ser la pregunta que nos ayude a elegir la ruta que tomaremos estratégicamente para alcanzar nuestro objetivo. 


Finalmente, es fundamental considerar estas cuatro reglas en el proceso de storytelling:


  1. Hablarle al público en su lenguaje y sobre lo que le importa.
  2. Ofrecer contenido único, útil y pensado en el usuario.
  3. Crear historias para recordar, frases para repetir y entregar datos para creer.
  4. Construir historias que lleven a sentir, historias que lleven a pensar e historias que lleven a hacer.

Todo esto debe ir siempre de la mano de la escucha activa, la que no se desliza —casi resbalando— por las palabras, sino que se detiene a comprender porque sabe que al otro lado hay alguien que está expresando sus necesidades mientras definimos cómo atenderlas a través de nuestra capacidad creativa. 


En la escucha consciente está el corazón del storytelling; en la atención a nuestros sentidos está el mundo que nos permitirá construir relatos que nos acerquen verdaderamente a las personas. 





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